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Tema Económico | ¿Qué pasa con el empleo?

A medida que pasan las semanas, crece la preocupación de todos los actores respecto del impacto que ha tenido (y seguirá teniendo) el estallido social sobre el mercado del trabajo. Las señales de alarma se multiplican, pese a que las cifras oficiales de empleo no parecen acusar efectos. ¿Qué está ocurriendo realmente con el empleo? A continuación hacemos un esfuerzo por entender lo que hay detrás de los indicadores.

Las cifras oficiales, medidas por el INE, por ahora siguen atadas a la situación de los meses previos, que incluyen el comportamiento de un mercado que aún no había sido impactado por la coyuntura social. El último dato de desempleo disponible corresponde al trimestre móvil terminado en noviembre y disminuye una décima en relación al trimestre móvil anterior.

La primera aproximación de la Cámara de Comercio de Santiago (CCS) es una encuesta realizada a consumidores durante la primera quincena de noviembre y luego actualizada en enero de 2020. En esta, un 18% de los encuestados declaró en noviembre que -al menos- un  miembro de su grupo familiar había perdido su trabajo producto del estallido social, una cifra alarmantemente elevada que vivía su expresión más dramática en los segmentos de menores en ingresos.  En el grupo D, por ejemplo, la cifra alcanzaba al 27% de los encuestados, muy por encima de los rangos en torno al 16% de los segmentos de ingresos medios y altos.

Resultados preliminares (y aún provisorios) de nuestra encuesta de enero de 2020, muestran un empeoramiento de esta situación: del 18% de noviembre, en la actualidad un 22% indica que un miembro de su grupo familiar perdió su empleo a partir del estallido social.

Otra encuesta, realizada regularmente por GfK, indica que a diciembre el 57% de los adultos se encuentra muy preocupado de perder su trabajo y que el 10% ya lo perdió. En una línea similar, la Encuesta de Percepción del Desempleo, de LyD, indica que el temor a perder el empleo subió desde un 47% de los entrevistados en septiembre de 2019, a un 62% en diciembre.

Indicadores de demanda laboral, como las solicitudes de mano de obra a través de portales de empleo, también muestran un fuerte deterioro (el número de avisos en Laborum, por ejemplo, cayó un 35% anual en lo que va de enero, y las vacantes promedio se contrajeron un 57%, empeorando significativamente los ya negativos resultados de noviembre y diciembre).

De todos estos indicadores alternativos, el más preocupante tal vez proviene de la Dirección del Trabajo: en diciembre pasado, se presentaron más de 333 mil cartas de término de contrato laboral ante esa repartición, un 34% más que en igual período de 2018. Esta cifra representa más de un 3,5% de la fuerza laboral, por lo que si esas personas permanecieran desocupadas se traducirían en un piso del 10% para el desempleo.

Es decir, existe bastante claridad respecto a que se han perdido empleos formales y que ha disminuido la generación de puestos remunerados. Las cifras de diciembre (y más aún las de enero) mostrarán un deterioro sensible en la tasa de desempleo. Sin embargo, la magnitud que alcanzarán estas cifras sigue siendo una incógnita. Ello, porque el mercado reacciona de diversas formas para ajustarse ante eventos de esta magnitud.

Por ejemplo, un número importante de desocupados se ha ido al comercio ambulante el cual, alimentado por el escenario de desorden que vive el país, ha proliferado como nunca en la historia reciente. El número de personas ejerciendo comercio ilegal -por ahora- es incalculable, y aumenta día a día.

En segundo lugar, los segmentos de ingresos medios tienen hoy una alternativa rápida y eficiente de autoempleo: las plataformas y apps digitales, entre éstas las de transporte de personas, despachos rápidos de pedidos y arriendo de inmuebles.

Tampoco se disponen de estadísticas certeras del empleo que provee este segmento, pero a partir de algunos antecedentes previos es posible intuir que ocupan al menos a 200 mil personas y que en los últimos meses han experimentado su mayor crecimiento histórico en cantidad de trabajadores.

En este escenario es imprescindible generar y analizar este tipo de indicadores alternativos para entender el mercado laboral, ya que en hoy en día los modelos tradicionales de desempleo son limitados en términos de la información que entregan y la oportunidad con que lo hacen, especialmente en momentos de extraordinaria incertidumbre como la actual.