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MIEMBRO DE:

Estudio CCS: Sentimiento de consumidores se deterioró en mayo

El estudio realizado por la Cámara de Comercio de Santiago (CCS), indica que el porcentaje que declara sentirse feliz cayó por debajo de los 50 puntos, y la proporción que se considera estresada subió más de 10 puntos.

De acuerdo a un informe de la CCS, diversos indicadores de sentimiento de los consumidores sufrieron deterioros durante mayo pasado. Entre ellos, el porcentaje que declara sentirse feliz, que cayó por debajo de los 50 puntos, y la proporción que se considera estresada, que subió más de 10 puntos, de 45% a 56%. Del mismo modo, la sensación de esperanza cae y la de incertidumbre aumenta.

Al margen del deterioro del último mes, llama la atención la fuerte volatilidad que muestran los indicadores de sentimiento a partir del año 2000, agudizado por las distintas fases de contagio durante la pandemia, así como las medidas sanitarias que redujeron o impidieron la movilidad de las personas y los significativos planes de apoyo económico a los hogares, entre otros.

En el caso de la incertidumbre, que alcanza al 50% de los consumidores en mayo, se aprecia una clara tendencia ascendente a partir del tercer trimestre del año pasado, cuando logró bajar a su mínimo en pandemia de un 33%. A partir de entonces (agosto de ese año), la percepción de incertidumbre ha subido sostenidamente -solo con breves pausas impulsadas por mejoras en indicadores sanitarios y de movilidad-, y ya se acerca a los máximos que registró durante el primer semestre de 2020 (55%).

Otros indicadores complementarios, como la tristeza, el temor y la sensación de rabia, también aumentaron en mayo.

La caída en el indicador de felicidad estuvo condicionada por un fuerte descenso en el segmento de hombres, donde el índice cayó desde un 62 a un 50 por ciento. En el caso de las mujeres se produjo una caída menor, de 54 a 49 por ciento. Producto de ello, la brecha entre hombres y mujeres se redujo a un nivel histórico de 1 solo punto (50% VS 49%). Sin embargo, es probable que esta brecha se ensanche nuevamente en los próximos meses, volviendo a sus patrones habituales.

A nivel de segmentos etários, los jóvenes aparecen con mayor nivel de felicidad en mayo, percibiéndose un descenso a partir de los 55 años, en que el indicador cae a un 44%.

En regiones, por su parte, se revelan menores índices de felicidad, los que caen de manera preocupante en mayo (de 56 a 45 por ciento). En el resto de los indicadores de mayo se repite esta tendencia, con las regiones alcanzando menores porcentajes en sentimientos positivos y mayores intensidades en los negativos. Esto podría estar relacionado, entre otras cosas, con los problemas migratorios que enfrentan algunas zonas y de violencia y seguridad que se viven en otras.

Por grupo socioeconómico, se mantiene la tendencia que asocia mayor percepción de felicidad en las capas de mayores ingresos (54% en el grupo ABC1, 42% en el D).

En materia de incertidumbre, en tanto, los resultados muestran que ésta se presenta con mayor intensidad en mujeres, en edades medianas (entre 26 y 55 años), en los ingresos más altos y en regiones.

Respecto del estrés, se repite una estructura similar a la de la incertidumbre, con las mujeres declarándose más estresadas (53% vs 46% los hombres), al igual que jóvenes y adultos jóvenes, segmentos de mayores ingresos y regiones.

Los desafíos en el plano emocional que han dejado los eventos recientes y aún en desarrollo se vuelven más demandantes a medida que pasa el tiempo y en que se suman más focos de preocupación. El escenario, además, ha sido volátil, con episodios de mayor optimismo y esperanza que luego cambian brúscamente de dirección ante los eventos de la coyuntura sanitaria, política, económica y social.

En los próximos meses se debiera mantener esta tendencia, al menos hasta pasado el plebiscito de septiembre, que coincidirá con la llegada de la primavera y los festejos de fiestas patrias, hitos estacionales que habitualmente mejoran el factor anímico en nuestra población.