En las actuales circunstancias, de extrema restricción a la movilidad y de funcionamiento de actividades económicas en gran parte del país, el feriado adicional que se decretó sobre la marcha para el 21 de junio debiera tener un impacto menor a un período normal, de entre 0,1 y 0,5 puntos porcentuales de menor crecimiento en el PIB del mes de junio.
Sin embargo, se trata de un cambio estructural en el calendario productivo, que afectará permanentemente la actividad económica entre medio y un punto porcentual cada mes de junio.
Además, genera costos de planificación, con un anuncio que ocurre con tan poca anticipación.
Con este anuncio, Chile entra al top ten de los países con más feriados en el mundo, situándose en el noveno lugar. Esto tiene implicancias evidentes sobre la competitividad internacional, lo que es particularmente grave para un país con el nivel de integración y apertura que tiene el nuestro.
Este tipo de factores de seguro no fueron considerados por el Congreso al momento de legislar, en un nuevo ejemplo de tramitación exprés que no se hace cargo de los impactos de lo sancionado.
Como gremio estamos extremadamente preocupados de esta forma de legislar que se ha impuesto en el último tiempo, y que afecta con particular fuerza a los emprendimientos y Pymes que tienen menos capacidad de hacer frente a los cambios del entorno normativo.
En nuestra opinión, mantener el total de días festivos debió ser una condición necesaria de esta decisión, intercambiando este nuevo feriado por otro del calendario, minimizando de ese modo su impacto laboral y económico no solo este año, sino de ahí en adelante.