“Con la cifra de enero, el consenso del mercado para el primer trimestre debiera subir al menos a este último nivel (1,4%), pero no se descarta que supere el 1,5% si las cifras de febrero y marzo también son corregidas al alza debido a la mejor performance económica con la que partió el año. En ambos meses, además, las bases de comparación son bajas, por lo que el factor estadístico juega a favor de una mejoría en las expectativas”, explicó George Lever, gerente de Estudios de la CCS.
Desde el gremio advierten que este análisis, sin embargo, no considera un cambio drástico en el perfil de crecimiento, debido a la existencia de factores puntuales que impulsaron la actividad de enero, particularmente en algunas áreas de producción industrial, sumado a la existencia de un día hábil adicional comparado con igual mes del año anterior. Por ello, el comportamiento de los próximos meses será clave para evaluar si el escenario de proyección para el resto del año debe ser ajustado y en qué magnitud.
Asumiendo un escenario para el resto del año sin modificaciones de proyección, el resultado de enero por sí solo permite acercar levemente hacia el 2% el PIB anual de este año. Las expectativas del mercado hasta ayer se encontraban en 1,7% (1,8% las de la CCS).
En el caso del comercio, enero también marcó un buen inicio de año, con la primera expansión anual después de 20 meses de contracción.
De acuerdo a las expectativas de la CCS, durante el resto del año el sector irá consolidando un perfil de crecimiento, dejando atrás este último ciclo negativo, que tuvo una magnitud y duración históricas.
Respecto del impacto en el mercado laboral, el gremio se mostró optimista, pero con cautela. María Teresa Vial, presidenta de la CCS, explica que “las cifras recientes muestran una desalineación entre la actividad económica y la generación de empleo, que sugiere que los aumentos de producción han ido disminuyendo su capacidad para generar puestos de trabajo. Lo anterior, debido en gran medida a los cambios regulatorios y de costos laborales que se han ido introduciendo en el mercado del trabajo, ante este escenario, insistimos en la necesidad de evaluar en profundidad las implicancias de nuevos proyectos legales que sigan aumentando los costos de contratación, sobre todo en la PYME”.