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MIEMBRO DE:

Total de trabajadores informales supera los 2,5 millones

El estudio realizado por el Observatorio de Informalidad Laboral de la Cámara de Comercio de Santiago, destaca que la cifra alcanza su mayor nivel en 4 años.

De acuerdo a un informe del Observatorio de Informalidad Laboral de la CCS, basado en la Encuesta Nacional de Empleo del INE, el número total de trabajadores informales superó los 2,5 millones de personas en enero de este año, su nivel más alto en 4 años, lo que se tradujo en una tasa de informalidad del 27,6%.

En 12 meses, la cantidad de trabajadores en esta situación aumentó un 4%, lo que equivale a cerca de 100 mil personas adicionales. El empleo formal, en tanto, tuvo un crecimiento de tan solo un 2,5% en igual período, muy por debajo del informal.

El mayor crecimiento histórico de trabajadores informales se produjo a mediados de 2021, llegando a casi un 40% anual, en momentos en que las actividades formales aún enfrentaban restricciones de funcionamiento debido a la pandemia.

En el caso del empleo femenino, la informalidad superó el 29% en enero (1,2 de millones), en comparación al 26% observado en el segmento masculino. El segmento mujeres, de hecho, explicó gran parte del aumento en la ocupación informal, al subir un 7% en 12 meses, mientras que los hombres que en esta situación crecieron en apenas un 1%.

Esta mayor participación informal de las mujeres reviste una mayor preocupación dado que más del 27% de ellas es la proveedora principal de su hogar, en comparación con un 23% en el caso de los hombres. En el largo plazo también se aprecia una mayor dinámica en el empleo informal de las mujeres en comparación con el caso de los hombres.

Según tramo de edad, en tanto, se observa una mayor informalidad en los extremos etarios. Para los menores de 20 años, el porcentaje de informales alcanza a un 54%, mientras que en mayores de 70 años supera el 60%. Lo anterior se relaciona a la mayor dificultad para conseguir empleos formales en los segmentos más jóvenes y de mayor edad.

En el caso de los mayores, la informalidad va en aumento a medida que aumenta la edad, desde un 28% para personas entre 50 y 59 años, a un 33% entre los 60 y 64, un 50% entre 65 y 69, y un 62% a partir de los 70 años.

En el caso del nivel educacional, en tanto, se observan grandes disparidades, predominando tasas de informalidad superiores a la media nacional y crecientes en trabajadores con estudios primarios y secundarios, e inferiores a la media y levemente decrecientes en quienes cursaron instrucción terciaria.

Para personas con instrucción básica, la tasa de informalidad supera el 50%, muy por sobre el promedio, alcanzando a cerca de 580 mil personas. Los trabajadores con educación media, pese a tener una tasa de informalidad inferior (35%, igualmente sobre el promedio país), representan un número muy superior de personas, que llega a cerca de un millón de ocupados informales en enero (969 mil).

Quienes detentan un título universitario se ubican en el extremo opuesto, con una tasa de informalidad mucho más baja, de 16% (similar al 18% de los egresados de institutos profesionales), pero con una masa de casi 400 mil trabajadores informales.

Los trabajadores con estudios en centros de formación técnica también presentan tasas de informalidad inferiores a la media, en este caso del 22%, equivalente a 94 mil personas en enero pasado.

A nivel de ramas de actividad, la mar tasa de informalidad se da por lejos en trabajadores y trabajadoras que prestan servicios a hogares, con un 60% y una alarmante tendencia ascendente: en los últimos 4 años ha ganado 10 puntos, llegando a alcanzar a 168 mil personas. Esa cantidad de informales, sin embargo, es muy inferior a la que se observa en el comercio, que avanza peligrosamente hacia las 600 mil personas (587 mil), el mayor número de toda la economía. Hace un año, esta cifra era de 530 mil.

A través de las distintas áreas de actividad, las implicancias sociales y económicas de la existencia de informalidad pueden llegar a ser muy diferentes. Existen factores comunes, como la precariedad y dignidad del trabajo, o la ausencia de seguridad social, pero las capas de informalidad se asientan en cada sector con distintas ramificaciones e implicancias.

En el caso del comercio, en particular, el aumento de la informalidad se asocia directamente con el creciente deterioro en la seguridad pública, vinculado a las formas de ocupación del territorio, su despliegue y características y sus vínculos con el crimen organizado. Es además una de las actividades donde se aprecia con mayor claridad el impacto de la competencia desleal y de la evasión tributaria.

Otros sectores con altas tasas de informalidad corresponden a la agricultura y la construcción, ambas en niveles superiores al 40% de la mano de obra, seguidas por alojamiento y comidas, transporte y almacenamiento y el mencionado caso del comercio, todas con tasas de entre 32 y 36 por ciento.

El sector con menor informalidad laboral, en tanto, es la minería, con una tasa de solo el 2% sobre el total. También por debajo de los dos dígitos se encuentra la educación, que alcanza al 9% de informalidad.