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Percepción de riesgo y siniestros viales, cuando lo que decimos no se traduce en cómo actuamos

Foto Paulina Calfucoy 690X512
El bajo conocimiento de las normativas y el uso del celular al volante subrayan la importancia de fomentar una cultura de conducción responsable para salvaguardar la vida de todos.

Paulina Calfucoy, Gerenta Asuntos Corporativos y Sostenibilidad Achs

La prevención y el cuidado son pilares fundamentales para el bienestar de las personas. Desde este convencimiento, uno de los pilares del sistema de protección social es velar por la seguridad de las y los trabajadores, desde que salen de sus hogares y hasta que regresan. Es por ello, que desde Achs hemos adquirido un compromiso con la seguridad vial de nuestro país. Sabemos que abordar los accidentes de trayecto desde una perspectiva preventiva es esencial para proteger vidas.

Para contribuir a este desafío, desarrollamos recientemente un estudio junto a DataVoz que pone en evidencia realidades preocupantes sobre la seguridad vial en Chile. Uno de los hallazgos más alarmantes es que el 50% de los conductores reconoce usar el celular mientras maneja, y un 8,4% lo hace habitualmente. Este comportamiento, sumado al hecho de que solo un 35,5% se preocupa siempre por su nivel de estrés, fatiga o uso de medicamentos antes de conducir, demuestra una desconexión peligrosa entre la percepción de riesgo y la acción concreta.

Un preocupante 25% de los encuestados demuestra un bajo nivel de conocimiento sobre normativas viales, lo que refuerza la urgencia de incluir la educación como un eje central de la prevención. Al preguntarnos por los obstáculos existentes para que las normativas viales sean efectivas: un 38% de los encuestados identifica el desinterés de los conductores como el principal problema para cumplir con la normativa, seguido por la escasa fiscalización (25,2%) y la falta de educación vial (23,2%).

También observamos diferencias de comportamiento según género y edad. Las mujeres tienden a tener una percepción de mayor riesgo y utilizan en mayor proporción que los hombres las medidas de retención infantil. Por su parte, los jóvenes entre 18 y 29 años se muestran especialmente vulnerables: seis de cada diez no consideran peligroso manejar apurados o distraídos, lo que incrementa el riesgo de accidentes.

Todos estos datos reflejan una necesidad clara: avanzar hacia una cultura vial más empática, consciente y responsable, donde reconozcamos que somos vulnerables al manejar y que cuidarse por nosotros, nuestras familias y todos, tiene sentido.

Luego de Semana Santa, una de las fechas del año con mayor flujo vehicular en rutas y ciudades, hacemos un llamado urgente a reforzar las conductas seguras al volante. Conducir con responsabilidad es mucho más que cumplir una norma; es un acto de cuidado colectivo. Sigamos avanzando, juntos, hacia una cultura de seguridad vial que proteja la vida.