Por Macarena Letelier Velasco Directora Ejecutiva CAM Santiago
Codelco y SQM firmaron un acuerdo. Se logró, mediante una negociación con altura de miras, que deja en evidencia la importancia de la colaboración pública–privada como vehículo para el crecimiento, todo con absoluto pragmatismo más allá de cualquier ideología. ¿Qué pasa con los temas que preocupan a las personas? ¿No hay capacidad para llegar a acuerdos? ¿Gana la ideología por sobre lo que es necesario?
La última encuesta Plaza Pública señala que las principales aspiraciones de 2024 son: trabajo, salud y estabilidad económica, mientras que la delincuencia es por lejos el principal temor. Para acercarse tímidamente a todos estos sueños el desafío es lograr acuerdos que permitan crear nuevos y mejores puestos de trabajo y diseñar de manera eficiente una solución al estado actual del sistema de salud. Todo parte de la urgencia por volver a crecer y dar estabilidad económica. Sin crecimiento real, algo que perdimos hace tiempo y que es un presupuesto necesario para responder a las necesidades reales de las personas, solo seguiremos retrocediendo.
Asimismo, la falta de acuerdos nos tiene paralizados no solo en la búsqueda de caminos para lograr los sueños que se manifiestan para 2024, sino que inmovilizados frente a los temores de las personas, el principal: la delincuencia. Es aquí donde Chile cambió y, para que no se transforme en una vuelta sin retorno, hay que ser pragmáticos en la búsqueda de soluciones y dialogar por sobre las ideologías. Buscar la colaboración pública–privada, como tanto se ha valorado en el acuerdo dentro del Plan Nacional del Litio es urgente, ahora en otras esferas. El rol articulador de los privados, los gremios, la academia, la sociedad civil es muy necesaria, así como la mirada multidisciplinaria en una negociación al diseñar políticas públicas.
Que lejos de aquello estamos cuando, por ejemplo, el alcalde Jadue, señaló frente a los homicidios ocurridos en su comuna el lunes recién pasado: “Aquí lo que se requiere es una reforma tributaria y que la derecha se allane a que los ricos paguen más impuestos para poder llevar mayor seguridad a nuestros territorios… Sin que haya una reforma tributaria, que le entregue al Estado más recursos para fortalecer a las policías, para mejor pagar a los carabineros, para tener más carabineros, seguramente la seguridad va a seguir siendo un problema”. Este ejemplo demuestra cómo la ideología separa de la realidad a quienes están llamados a liderar cambios y acuerdos y enfrenta al sector privado, responsabilizándolo del deber público, en este caso otorgar seguridad y controlar la delincuencia.
Pensar que no hay capacidad para llegar a acuerdos es partir derrotados. Entender que el diálogo es urgente es un primer paso. Reconocer que con alianzas público–privadas solo se gana es poner los sueños y hacerse cargo de los temores por sobre las ideologías.
Que este 2024 el pragmatismo sea más fuerte que las ideologías y así trabajemos por los sueños, haciéndonos cargo a la vez de los temores de las personas.