Señor Director:
Algunos procesos fallidos en nuestra historia política reciente nos han recordado que la búsqueda de consensos es un factor indispensable para lograr avanzar en los grandes desafíos del país. No obstante, dichos cambios se atrasan mientras los actores clave interpretan la política de los acuerdos como largos procesos de negociación. En la Reforma de Pensiones, hemos dejado de avanzar en lo urgente que sí tiene consenso: aumentar el ahorro para la vejez de los trabajadores. Antes de la implementación de la Pensión Garantizada Universal (PGU), las tasas de reemplazo promedio se ubicaban en torno al 35% para mujeres y al 39% para hombres. Con la actual PGU esos promedios aumentaron al 55% para mujeres y 64% para hombres, un esfuerzo que se ha financiado con recursos fiscales.
Si se aumentaran las tasas de cotización individual en tres puntos porcentuales y se incrementara la PGU a $250 mil -ambas materias en las que parece haber consenso-, las tasas de reemplazo podrían aumentar a prácticamente un 67% promedio en las mujeres y un 78% en los hombres, ubicándonos en posiciones de vanguardia dentro de la OCDE. El ‘otro’ 3% (y su destino como fuente de financiamiento del seguro social) no genera consenso, y amenaza con dilatar e incluso entrampar la iniciativa. Como CCS proponemos avanzar en los consensos mínimos, transformándolos en acción prioritaria para el cambio en beneficio del país, y dejar las negociaciones para aquellas materias en que efectivamente se requiere ceder, convenir y pactar, a cambio de obtener acuerdos más complejos.
María Teresa Vial
Presidenta de la Cámara de Comercio de Santiago
