SEÑOR DIRECTOR:
La discusión del proyecto de salario mínimo que impulsa el gobierno entra en una etapa crucial en el Senado esta semana. Hemos dicho que este reajuste debe ser realista con la situación del sector productivo y en ese sentido valoramos que se entregue ayuda a las mypimes para enfrentar una nueva arremetida del costo laboral que, se estima, aumentará hasta un 19,6%.
Pero seguimos dejando atrás a sectores vulnerables cuando avanzamos sin la gradualidad y la contención de distorsiones que introducimos artificialmente a nuestra economía. La propuesta que presentamos en el Congreso -y que seguimos defendiendo- señala que no aumente el salario mínimo cuando las tasas de desempleo estén en niveles anormales o extremadamente altos, como el 8,4% actual, de manera de asegurarnos que la política pública no aleje a esas chilenas y chilenos de la posibilidad de encontrar trabajo o los empuje a la informalidad, que ya es del 27%, sin resguardo o garantía de sus derechos.
Creemos razonable que el Ejecutivo vuelva a su promesa de campaña, donde se planteó llegar a los $500 mil de sueldo mínimo al final de su mandato. La situación económica no ha mejorado desde que se hicieron esas promesas.
Esperamos que la templanza y realidad se imponga en esta discusión, por el bien de las personas y del país, y que se alivie la desesperada situación de los hogares que subsisten con un sueldo mínimo a través de subsidios directos focalizados y programas bien ejecutados, cuya evaluación sea sobresaliente.
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