En medio de una crisis ambiental en la Amazonía causada por un derrame de hidrocarburos, se detectó un potencial insospechado en el cabello humano: la capacidad de limpiar aceites y contaminantes. Aquel momento fue el punto de partida para una historia de innovación, colaboración global y compromiso con la sostenibilidad.
La técnica de usar pelo humano como absorbente de hidrocarburos no es nueva. En 1989, el peluquero estadounidense Philip McCrory observó que el pelo podía absorber aceites mientras veía las noticias del desastre ambiental del Exxon Valdez en Alaska. Inspirado, patentó un método que más tarde se expandió bajo el liderazgo de Lisa Gautier, quien lo transformó en un proyecto de código abierto para la comunidad global. Así nació Matter of Trust en Estados Unidos, una organización que hoy está presente en más de 45 países.
Cinco años atrás, un grupo de innovadores chilenos, liderado por Matías, se contactó con Matter of Trust en Estados Unidos. Movidos por el impacto de los derrames y la necesidad de una respuesta efectiva en Chile, decidieron traer la tecnología y fundar una versión chilena. Su primer producto, un absorbente para derrames de hidrocarburos, fue solo el inicio.
El equipo comenzó a experimentar con otros usos del cabello, como su incorporación en prácticas agrícolas. Con estudios en Calama y Antofagasta, desarrollaron AgroPelo, un acolchado que mejora la retención de agua en suelos y reduce el uso de riego en un 48%, además de aportar nutrientes orgánicos como calcio y azufre. Este innovador producto ha demostrado su efectividad en zonas de sequía, beneficiando la producción agrícola local.
Con el tiempo, Matter of Trust Chile ha ampliado su cartera de productos, adaptándolos a diferentes entornos. Los discos de AgroPelo están diseñados para jardines domésticos, permitiendo a las personas reducir la frecuencia de riego en sus plantas y fomentar la sostenibilidad en el hogar. En paralelo, desarrollaron Fertipelo, un fertilizante concentrado a base de cabello que reduce significativamente la huella ambiental del transporte y almacenamiento, en comparación con otros fertilizantes.
En su camino, han enfrentado barreras. Uno de los primeros desafíos fue el rechazo inicial de la idea del uso del cabello por considerarla extraña o incluso repulsiva. Con el tiempo, la aceptación pública ha cambiado gracias a esfuerzos educativos y resultados tangibles. Además, la organización ha tenido que superar obstáculos logísticos y legales, particularmente al intentar exportar productos derivados de cabello debido a regulaciones estrictas en distintos países.
Hoy en día, Matter of Trust Chile es una referencia en la economía circular y la gestión innovadora de residuos en el país. Su modelo no solo se ha probado económicamente viable, sino que también ha logrado un impacto social y medioambiental significativo, impulsado por alianzas con instituciones como la Municipalidad de Providencia y empresas privadas que apuestan por la sostenibilidad.
Mirando hacia el futuro, Matter of Trust Chile busca expandir su impacto al trabajar con el 10% del cabello generado en el país, con el objetivo de reducir la escasez hídrica y regenerar suelos degradados. A nivel internacional, se están enfocando en desarrollar un manual de franquicia que permita replicar su modelo en cualquier parte del mundo, acelerando la transición hacia prácticas de sostenibilidad efectivas y accesibles.
La historia de Matter of Trust es, ante todo, una lección sobre la innovación y la resiliencia. Como explica Matías, “Lo más importante para cualquier emprendedor es la disciplina y la constancia; la capacidad de tocar la puerta una y otra vez hasta que se abra. La sostenibilidad requiere compromiso, y el compromiso requiere perseverancia”.
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